Refrescos para todos

Desde que pioneros como John Pemberton crearan el germen de lo que hoy conocemos como “refrescos” a finales del siglo XIX, esta industria ha sufrido grandes cambio y evoluciones siempre con el target potencial en el punto de mira.

La necesidad de llegar al mayor número posible de consumidores ha sido siempre el objetivo de grandes corporaciones como Coca-Cola o Pepsi, lo que les ha llevado a hacer diferentes experimentos y probaturas con el fin de saber cuál es el refresco óptimo para un determinado sector de población. Eso ha provocado que cada vez hayan existido una mayor variedad de refrescos e incluso ahora, los sabores siguen creciendo; no en vano la variedad de bebidas refrescantes ha aumentado más de un 50% en la última década.

Si atendemos a la definición de la OCU, un refresco sería una bebida tratada industrialmente cuya composición debe contener agua potable para el hombre y menos de un 0,5% de alcohol. A partir de ahí, los refrescos deben tener al menos algún producto de una extensa lista que incluyen colorantes, sustancias endulzadoras de sabor, anhídrido carbónico, azúcares, vitaminas, minerales, frutas y un largo etcétera. Una fórmula simple que ha conseguido una penetración casi absoluta en la población y ha permitido el crecimiento casi sin límites de algunas compañías que no hace falta citar.

Con esta simple premisa los refrescos se han convertido en uno de los elementos que no faltan en la cesta de la compra de la mayoría de los hogares. Refrescos para todos y para cualquier momento. No importa cuán raros sean tus gustos, ten por seguro que tienes tu equivalente en refresco en alguna estantería del supermercado.

Es evidente que ha habido numerosas variedades de refrescos que no han triunfado entre la población y han desaparecido igual que aparecieron; también lo es que los sabores de los refrescos españoles están ideados para el paladar del ciudadano español y que en otras partes del mundo nos podemos encontrar sabores que aquí ni siquiera hubiésemos imaginado. Esto puede darnos una idea de la enorme cantidad de refrescos que existen hoy en día en el mundo partiendo de una fórmula tan sencilla como agua natural y menos de un 0.5% de alcohol. Y eso sin contar con las variedades light, los refrescos con gas o sin gas, los zumos… etc. Eso sí, el refresco de cola sigue siendo el rey.

Por eso, al decir “refrescos para todos”, nos referimos a que cuesta imaginar un producto que no sea de consumo indispensable que tenga tal nivel de penetración, tal cantidad de variedades y que se pueda utilizar en situaciones tan diversas.