La depilación láser ya no duele. Hace años sí resultaba bastante molesta, pero las máquinas y la tecnología han avanzado mucho, y ya no es así.
Para pieles o zonas especialmente sensibles, se utiliza a veces una crema anestésica, y también como forma de tranquilizar a personas que por lo que sea son más miedosas. Pero por lo general ya no hace falta utilizarla.
Sin embargo, por mucho que se avance y aparezcan nuevos inventos como la cera fría, la depilación con cera duele, y mucho.
Da igual las veces que se haga y lo acostumbrada que esté la persona. El tirón sigue siendo desagradable y doloroso. Y sobre todo en partes como axilas e ingles.
La depilación láser es más cómoda
Sin duda, otro de los puntos fuertes de la depilación láser respecto a la depilación con cera es la comodidad. Por un lado, nos podemos olvidar para siempre de estar periódicamente preparando cera y pringándonos enteros, o pidiendo hora en el centro de estética, buscando un huevo para ir y perdiendo media tarde cada vez.
Y lo que también es una gran comodidad, con la depilación láser no tendremos que preocuparnos de si estamos o no depilados cuando necesitemos estarlo por algún imprevisto. Parece frívolo, pero más de una conocerá la sensación de torcerse un tobillo y arrepentirse de haber dejado la depilación para otro día cuando el médico o la enfermera se lo tienen que explorar. O cuando nos surge un viaje a la playa, y bastantes cosas tenemos que estar preparando como para encima preocuparnos de pedir cita y acudir a que nos den los molestos tirones de todos los meses.
La depilación láser es más barata
Puede parecer todo lo contrario, pero si hacemos cuentas de lo que nos cuesta depilarnos con cera durante años y años, la depilación láser es mucho más rentable. Tras la primera inversión inicial, sólo tendremos que pagar alguna sesión de recuerdo y será pasado mucho tiempo, y no estaremos gastando un dinero fijo periódicamente del que no podemos librarnos, como nos pasa si nos realizamos de forma habitual la depilación con cera.